viernes, 13 de abril de 2012

El papel fundamental de los omega-3 y omega-6 en nuestro organismo


Dentro de los ácidos grasos esenciales encontramos los omega-3 y omega-6. Los cuales el organismo requiere para su normal funcionamiento, y este no los puede producir, sólo se pueden adquirir a través de la alimentación. Los ácidos grasos omega-3 se encuentran en el lino, las semillas de calabaza,  las nueces y, sobre todo en el pescado de agua fría como la sardina, el arenque, el salmón y el atún. 

Los ácidos grasos omega-6 se encuentran en los aceites de semillas de plantas, como la onagra, el girasol y el maíz. Sin embargo, no siempre es posible incorporarlos a través de la dieta, por lo que es aconsejable un suplemento dietético.

Actividad antiinflamatoria

Diversos estudios científicos determinan que algunas enfermedades inflamatorias crónicas, como la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, la artritis reumatoide, la osteoartritis y el asma, pueden ser tratadas con ácidos grasos omega-3 para reducir su sintomatología. 
La piel: La piel necesita ácidos grasos esenciales, sobre todo cuando se expone a situaciones de estrés, como quemaduras solares, pérdida de elasticidad o sequedad.
Mucosas:  El aporte de ácidos grasos es imprescindible para el mantenimiento de la estructura y la función de las mucosas.

Influencia en el desarrollo infantil

Investigadores del Departamento de Medicina de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) realizaron un estudio con 48 niños hiperactivos y 49 niños control, en igualdad de edad y sexo. Los análisis de sangre mostraron que los niños hiperactivos tenían valores inferiores de ácidos grasos esenciales en sangre.
• Los niños hiperactivos se resfriaban y tosían con mayor frecuencia (el 44% frente al 8% en niños normales).
• El 52% de los niños hiperactivos tenía un grado anormal de sed, frente a sólo el 6% de los niños control.
• Los niños hiperactivos tenían más dificultades para hablar y aprender el idioma (el 32% frente al 6%) y dificultades de aprendizaje (el 67% frente al 6%).

Efectos en la mujer 
Ciclo menstrual: El ácido graso omega-6 aumenta los valores de prostaglandinas, cuya función es disminuir la inflamación y las contracciones uterinas propias del síndrome premenstrual. De esta manera, se reduce el dolor.
Embarazo y lactancia materna:  Los  ácidos grasos desempeñan un papel importante en el desarrollo del sistema nervioso central. Además tienen vital importancia durante el embarazo, pues reducen el riesgo de nacimientos prematuros, ayudan a relajar la musculatura uterina en el momento del parto y disminuyen el riesgo de que la madre desarrolle hipertensión asociada con el embarazo. Asimismo, se ha comprobado que una deficiencia  de omega-3 contribuye a la aparición de la depresión posparto.

Riesgo cardiovascular

Los ácidos grasos omega-3 han demostrado ser altamente eficaces en la prevención de los problemas cardiovasculares,  investigaciones que demuestran que su consumo regular disminuye los valores de triglicéridos y colesterol, así como la presión arterial, la trombosis y la placa de ateroma, y reducen el riesgo de arritmia y muerte súbita.
De todo lo expuesto anteriormente se deduce la importancia de un suplemento con ácidos grasos, ya que su ingesta a través de la alimentación actual es insuficiente.

Referencias:
Aires David; Capdevila Nuria, y Segundo María José (2005). Ácidos grasos esenciales. Ámbito Farmacéutico, 96-102.  

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